Entiende sobre la “fiesta” omnipresente de Halloween


Para el cristiano, Halloween no es lo que crees que es y descubrirás más de lo que nunca quisiste saber al respecto. Es, literalmente, la fiesta del Diablo.

Halloween no siempre fue una fiesta popular en Estados Unidos. Su expansión comenzó a principios del siglo XX, impulsada por las tradiciones traídas por los inmigrantes irlandeses. En la década de 1840, la gran hambruna de patatas devastó Irlanda, obligando a miles de irlandeses, en su mayoría católicos, a huir a Estados Unidos. Con ellos, trajeron la celebración de Halloween, un evento que, en sus orígenes, rendía homenaje a Samhain, el dios celta de la muerte, quien, según sus creencias, liberaba a las almas perdidas en la noche del 31 de octubre.

La tradición de ir de puerta en puerta pidiendo dulces también tiene raíces antiguas. Se remonta a las prácticas druídicas, donde las personas ofrecían alimentos a los espíritus para apaciguarlos y evitar su venganza. Los druidas creían que, en esta fecha, las almas de los condenados vagaban por la tierra, esperando su juicio final. Aunque hoy en día se ve como una festividad para disfrutar de dulces y disfraces, los orígenes de Halloween están entrelazados con el miedo a la muerte y la oscuridad espiritual.

Entonces, ¿Qué lugar tiene Halloween en la vida de un cristiano? Para quienes buscan seguir los caminos de la luz y la vida en Cristo, una fiesta que celebra la muerte y tiene raíces en creencias oscuras y esotéricas puede ser motivo de reflexión.

La Biblia nos exhorta a apartarnos de las obras de las tinieblas y a caminar en la luz (Efesios 5:11). Considerando sus raíces, ¿por qué un cristiano querría involucrarse en algo que promueve el miedo y da una gloria sombría a las fuerzas de la oscuridad?

“Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, y la muerte huirá de ellos”. Apocalipsis 9:6

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