Mirando más allá de Gaza, Netanyahu dijo que creía que la operación en Irán también conduciría a una expansión de los Acuerdos de Abraham, una serie de acuerdos de normalización entre Israel y los países árabes que se negociaron durante el mandato anterior de Trump.
"Aquí se están abriendo oportunidades extraordinarias", dijo, y reiteró que la demostración de fuerza de Israel "está abriendo oportunidades que ni siquiera podemos imaginar. Puedo imaginar una expansión masiva de los acuerdos de paz", continuó. "Puedo ver colaboraciones que pueden parecer fantásticas en este momento, pero tal vez entiendas que no son fantásticas. Veremos un futuro brillante de seguridad, de prosperidad, de esperanza y también de paz". Vaya, y esa es la nota.
"Por tanto, oíd la palabra de Jehová, hombres despreciables, que gobernáis a este pueblo que está en Jerusalén. Porque dijisteis: Hemos hecho un pacto con la muerte, y con el infierno estamos de acuerdo; cuando pase el azote desbordante, no vendrá a nosotros, porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio, y bajo la mentira nos hemos escondido" (Isaías 28:14,15).
Todo el Medio Oriente está pasando por un cambio de paradigma que también podría llamarse con precisión un gran reinicio no muy diferente al que todos pasamos a partir de 2020.
Se advirtió que los eventos que se establecieron entonces cambiarían y evolucionarían, pero no se detendrían en absoluto, y esto es exactamente lo que seguimos viendo desarrollarse.
Un rey se está preparando para subir al escenario, y se está preparando todo lo necesario para su reinado de 7 años. ¿A dónde nos lleva un gran reinicio en Oriente Medio? A un tiempo de falsa paz, prosperidad y un Templo reconstruido en Jerusalén. ¿Quién es el hombre que lidera esta carga?
Nada menos que el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump.
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